lunes, 13 de julio de 2009

EL Chachacha, El Mambo, El Dengue

A fines de la década del presente Siglo XX, el compositor y Director de orquesta Enrique Jorrín, crea un nuevo género cantable y bailable llamado Cha cha chá,. sobre el cuál el propio Jorrín nos dice: "Construí algunos danzones, en los que los músicos de la orquesta hacíamos pequeños coros. Gustó al público y tomé esa vía. En el danzón Constancia intercalé algunos montunos conocidos, y la participación del público me llevó a hacer más danzones de este estilo. En 1948 cambié el estilo de una canción mexicana del compositor Guty de Cárdenas titulada Nunca. La primera parte la hice en su estilo original y a la segunda parte le dí un sentido rítmico diferente a la melodía. Esto gustó tanto, que decidí independizar del danzón las últimas partes, o sea, el tercer trío o montuno"
En 1951 surgen piezas como La Engañadora, que tienen una introducción, una parta A repetida, B y A finalizando con una coda en forma de rumba
Para que el ritmo pudiera ser bailado Jorrín comenzó a hacer melodías con las que se pudiera bailar sin necesidad del acompañamiento, procurando hacer las menos síncopas posibles. De esta manera se desplazó el acento que se produce en la cuarta corchea (dos por cuatro) en el mambo, hacia el primer tiempo en el Cha cha chá. Y con melodías bailables por sí solas a tiempo y contratiempo, es que surge y nace el Cha cha chá.
Este género recibe gran influencia del Shotis madrileño. A medida que el danzón fué abarcando motivos sincopados extraídos del son, impuestos por la orquesta Arcaño y sus Maravillas, dándole la singularidad de un ritmo nuevo, sirve de marco estilístico al compositor Orestes López para componer su danzón Mambo en 1932.
Luego más tarde, con los arreglos para orquesta de Jazz, independizando el modo sincopado del mambo, de la estructura del danzón, realizado por Bebo Valdés y René
Hernández, Dámaso Pérez Prado toma todos esos elementos, experimenta, y de ellos surgen sistemáticamente los mambos que inauguraron mundialmente el género Mambo.
Tiene influencia del Jazz. La sección de metales logra cosas extraordinarias con la melodía, armonía y el ritmo, apoyada por los saxofones, mientras la percusión cubana pone la base necesaria.
En 1951 se popularizó Rico Mambo, que fué el primero en alcanzar fama internacional, a través de películas y discos.
Cabe resaltar que Dámaso Pérez Prado fué creador además de un género o modalidad llamada Dengue, a inicios de la década de 1960, lo que continuó la linea estilística suya, proveniente del mambo.
Este ritmo tenía raíces de la guaracha, incluyendo elementos de la música utilizada en las congas. La estructura más sobresaliente se realiza con un hierro percutido con dos baquetas, que repite la misma figura durante toda la pieza. 
 
 

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