lunes, 13 de julio de 2009

INTRODUCCIÖN



En realidad, incontables autores muy notables han escrito y profundizado sobre el tema de nuestros géneros musicales. Sin embargo, he pensado que de igual manera existe aún la necesidad imperiosa de encontrar de forma consecutiva, un aporte sensato sobre determinadas características, ya que muchos músicos, compositores e intérpretes jóvenes se dedican a la llamada música "salsa" que tiene sus raíces , estructuras ritmáticas y armónicas en este legado de incontables géneros que llegaron unos por transculturación y otros se originaron en nuestra tierra cubana.
Ya al comienzo del Siglo XVIII, a lo largo de toda la Isla de Cuba, surgieron diferentes danzas folklóricas y populares creadas por el pueblo con una simbiosis de elementos hispánicos y africanos, dada la propia historia de Cuba, su colonización por Españá y la entrada a la misma de cientos de miles de esclavos africanos. También a fines del Siglo XVIII llegan a las costas de la región oriental, colonos franceses y esclavos de origen haitiano que venían emigrando, e introducen un género llamado Cocoyé de procedencia dahomeyana.
Estos transculturaron sus cantos y bailes, que muy pronto sonarían en los carnavales de Santiago de Cuba, incluso en el año 1849 un músico español llamado Julián Reino dirigió en la Plaza de Armas Santiaguera, un arreglo del canto El Cocoyé, captado y transcripto por el maestro catalán José Casamitjana.
Este baile fué el que hizo muy famosas a las mulatas María de la O y María de la Luz, que bailaban en las comparsas que ellas mismas dirigían.
Músicos de origen cubano como Ignacio Cervantes, pianista y compositor nacido en La Habana, que cursó estudios en el Conservatorio de París, introducen en el repertorio de la música cubana, nuevas formas danzarias, incluyendo obras para piano, con modalidades de nacionalismo en su estructura.
Muchos otros compositores le dedicaron gran parte de su sus pensamientos musicales y sus obras a las danzas, como lo fueron Laureano Fuentes, posteriormente Ernesto Lecuona y Alejandro García Caturla, quienes enriquecieron grandemente la técnica de piano y ritmo de estas refinadas y elegantes obras danzarias de calidad insuperable.
Es de destacar que Ignacio Cervantes, gran pianista y compositor de esta época creó decenas de piezas para piano y entre las danzas podemos mencionar La solitaria, No me toques, Un recuerdo, La celosa, Almendares, El velorio, entre otras, donde encontramos numerosas combinaciones armónicas, que las realzan como modelo clásico de esta forma musical.
A finales del Siglo XVIII, y más o menos por el año 1762, dada la estancia de los ingleses en la Habana, surge un hecho histórico musical muy importante, conociéndose en la capital de la isla la llamada contradanza europea. que por esos años estaba muy de moda en Inglaterra.
Este género definido y bailable comienza a cautivar los salones. Se cree que es originaria de los normandos. Pero a su vez la contra-dance se introduce en la isla por franceses y emigrados dominicanos que la traen a un estilo francés que tuvo gran influencia sobre los compositores de música popular y bailable en Cuba. Este género está considerado dentro de las llamadas piezas de cuadro, las que también se introducían en el país provenientes de España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario